Un equipo del CHUAC consiguió revertir una cardiopatía fulminante a una bebe de un año con el uso de un corazón artificial pionero en España
En octubre pasado, un equipo médico del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC) logró un hito pionero en la sanidad española: recuperar completamente la función cardíaca de una niña de un año afectada por una miocarditis fulminante causada por una infección viral por parvovirus. La intervención incluyó el uso de un dispositivo ECMO y, posteriormente, un corazón artificial de larga duración (Berlin Heart), evitando la necesidad de un trasplante cardíaco.
Este tipo de infecciones cardíacas son extremadamente poco frecuentes, con una incidencia estimada de un caso por cada 100.000 pacientes. El éxito de la intervención fue posible gracias a un equipo multidisciplinar que incluyó cirujanos cardíacos, cardiólogos, intensivistas, anestesistas, enfermeros y fisioterapeutas, entre otros.
El Dr. Carlos Velasco, cirujano cardíaco infantil del CHUAC, explicó que este caso tiene una importancia especial porque representa “la recuperación de un corazón con disfunción miocárdica severa tras dos meses de asistencia mecánica con un corazón artificial de larga duración, sin necesidad de un trasplante”.
Velasco señaló que las miocarditis agudas son enfermedades poco frecuentes y con una gran variabilidad clínica. “No conocemos cifras exactas porque las pruebas diagnósticas actuales tienen baja sensibilidad, y muchos casos quedan sin diagnosticar”, indicó. Estas patologías, que pueden tener orígenes infecciosos, inmunitarios o tóxicos, afectan a pacientes de todas las edades, pero los niños pequeños suelen presentar las formas más agresivas.
El especialista destacó que uno de los mayores desafíos es desconectar a los pacientes de los dispositivos de asistencia mecánica. “En este caso, diseñamos un proceso de desconexión progresiva durante cinco días para evaluar la función cardíaca de la niña. Al confirmar una evolución favorable, decidimos retirar el dispositivo”, explicó.
Recuperar el corazón del paciente, en lugar de realizar un trasplante, es la mejor solución posible, según Velasco, ya que evita el uso de medicación inmunosupresora de por vida y los riesgos asociados a la escasez de órganos, especialmente en niños. “Esta recuperación permitirá que la niña lleve una vida completamente normal sin depender de un trasplante”, concluyó.