Oleiros dedica el parque de Nirvana a Rafael Astor Casalderrey por su legado en urbanismo y medio ambiente
El parque de Nirvana, en Oleiros, lleva oficialmente el nombre de Rafael Astor Casalderrey, ingeniero municipal y hijo adoptivo del Ayuntamiento, tras celebrarse un acto institucional en el que se descubrió una placa en recuerdo de su figura.
El evento, presidido por el alcalde Ángel García Seoane, contó con la asistencia de miembros de la corporación municipal, representantes del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, compañeros, familiares, amistades y vecinos que quisieron rendir homenaje a este profesional que dejó una profunda huella en el urbanismo y en el medio ambiente local durante más de dos décadas de trabajo.
Durante su intervención, el regidor destacó la relevancia de Rafael Astor tanto por su aportación técnica a las políticas desarrolladas por el Gobierno municipal como por su dimensión personal, resaltando su amplio conocimiento de las artes y su compromiso con la defensa del medio ambiente.
Por su parte, Enrique Urcola, decano del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Galicia, subrayó la honestidad profesional de Rafael Astor y su profundo respeto por las personas y el territorio, recordando además su humildad y sentido del humor, que quedaban reflejados en su conocida frase: “Yo no trabajé en Oleiros, hice que trabajaba”.
Entre las actuaciones urbanísticas más relevantes impulsadas por Astor Casalderrey en el municipio destacan la recuperación de las ruinas del Parque da Capela, la creación del Parque José Martí rehabilitando una zona degradada, el parque de la Lagoa de Mera reutilizando traviesas de ferrocarril para preservar el entorno natural, los paseos costeros de la Ría da Pasaxe y de la Fábrica reconvirtiendo espacios en centros culturales, el Paseo y Parque das Galeras, el mantenimiento del paseo costero de Mera o el balcón de Maianca.
El alcalde recordó que el legado de Rafael Astor Casalderrey permanece vivo en cada espacio verde, senda o paseo que define este Oleiros diferente, pensado para los vecinos e integrado cuidadosamente en su entorno. Desde hoy, el parque de Nirvana lleva su nombre como reconocimiento a esa contribución duradera.