La artista Geni Ramil pone color a la historia olvidada de las mujeres gallegas: “Un recordatorio de donde venimos”

Por Amanda Fernández
A través de su serie ELAS, la artista Geni Ramil nos sumerge en un viaje emocional e histórico al corazón del mundo rural gallego de hace cien años, poniendo en el centro de su obra a las mujeres que, durante décadas, sostuvieron con su fuerza y trabajo la vida de sus familias.
En esta entrevista, la creadora gallega nos acerca al proceso artístico y vital que la llevó a recuperar estas figuras olvidadas y a su apuesta decidida por un arte con vocación de memoria y compromiso social. La exposición puede visitarse hasta el próximo 29 de julio en la Casa Museo María Pita.
¿Qué le inspiró a crear Elas, una serie que se sumerge en la vida de las mujeres gallegas del rural de hace un siglo?
Echando un vistazo al reportaje fotográfico que Ruth Matilda Anderson realizó a principios del siglo pasado sobre las costumbres de la vida en Galicia, me hizo pensar en el hecho de que nos estábamos olvidando de cómo trabajaban esas mujeres, de sol a sol, mariscadoras, cocineras, encajeras, comerciando con ganado o con lo que surgiese, para criar a sus hijos.
Es tiempo de observarlas y de pensarlas.
¿Qué la llevó a poner el foco en ese tiempo y en esas protagonistas olvidadas?
La valentía y el valor de soportar sobre sus hombros la supervivencia de su país, solas, con maridos emigrados buscando un futuro mejor.

¿Qué encontró en las fotografías de Ruth Matilda Anderson para reinterpretarlas desde la pintura?
Que son fotografías que muestran escenas de estas mujeres tal y como sucedían, sin poses, intentando dejar constancia de cómo, con sus pañuelos en la cabeza, sus profundas arrugas y sus caras quemadas por el sol, trabajan en el mar, labran la tierra, todo el día dobladas recogiendo en el suelo o lo que tocase.
¿Qué busca transmitir con sus obras en esta muestra?
Pretendo transmitir, dando color en los lienzos a lo olvidado en blanco y negro, un recordatorio de dónde venimos.
¿Qué emociones o reflexiones le gustaría despertar en el público que visite Elas?
Que la vida en Galicia a principios del siglo XX era la vida de sus mujeres, luchando por su país, su gente y su tierra.
A lo largo de su trayectoria, ¿cómo fue construyendo su identidad como artista? ¿Qué etapas marcaron la evolución de su estilo?
Soy autodidacta, desde siempre pinto realismo e impresionismo, trabajando con la fotografía para precisar el acabado de la obra. Me motiva perpetuar la belleza de una flor antes de que desaparezca, e incluso cuando ya está seca y muerta mostrar que sigue siendo preciosa.
Me interesa, además de la figura humana, dejar constancia de lo cotidiano del momento que vivimos, así como de la arquitectura urbana.
La figura humana está muy presente en su trabajo, tanto en las escenas rurales como en otras series anteriores. ¿Qué le interesa de representar el cuerpo y la vida cotidiana?
Comencé pintando la figura humana representando mujeres de raza africana, realizando sus labores, al tiempo que llevan a sus hijos en la espalda. Mujeres de Etiopía de la tribu mursi, intercambiando su libertad por unos aros colocados en sus orejas o en sus labios, para obligarlas a permanecer en su tribu. Después de eso, surgió la colección ELAS, motivada por dar visibilidad a esa forma de vivir de las mujeres gallegas entregadas, como decía, a sus hijos y a su tierra.
Retomaré en algún momento la colección a gran formato de la mujer africana, es muy interesante cómo se refleja en sus caras ese orgullo étnico.

¿Considera que el arte tiene una responsabilidad social o una vocación de memoria?
Por supuesto, el arte tiene una responsabilidad social, para eso es muy importante dar visibilidad en los lienzos o en cualquier otra expresión artística a lo olvidado.
¿Qué significa para usted exponer en su ciudad, en espacios como la Casa Museo María Pita?
Significa mucho para mí, el poder exponer mi colección ELAS en la Casa Museo María Pita, precisamente en la casa de esa mujer que en tiempos más lejanos también defendió y luchó por la supervivencia de su gente y de su tierra. Me gustaría que este proyecto ELAS no solo se quedase en A Coruña.
Quiero darle protagonismo en otras localidades de Galicia, e incluso completar la colección con otros oficios no menos importantes que hacen grandes a las mujeres que los desempeñan. Y por supuesto sigo con mis flores en formato grande, que son maravillas, y el resto de motivos que me encanta pintar.
Y no me queda otra que decir: Gracias a todas ELLAS.