"De ocho niñas a más de 200 gimnastas”: el crecimiento y salto internacional del Club Ximnasia Oleiros

Por Amanda Fernández
Con más de veinte años de trayectoria, el Club Ximnasia Oleiros se ha consolidado como un referente en la práctica de la gimnasia rítmica y estética de grupo en Galicia. Conversamos con Rut Balbís Calviño, entrenadora del área de gimnasia estética del club, para conocer más a fondo el origen del proyecto, los valores que promueven, la importancia de la comunidad local y el impacto de una medalla internacional recientemente conseguida en Grecia.
¿Cómo y cuándo nació el Club Ximnasia Oleiros?
Nació en 2003, cuando Rebeca Freire, ya graduada en Ciencias de la Actividad Física, empezó con un grupo muy pequeño de niñas la actividad de gimnasia rítmica, como iniciación. Así, de tener ocho o diez niñas, empezó a crecer hasta llegar a las 200 gimnastas que tenemos en 2025, en todos los niveles de dos disciplinas deportivas. Comenzamos únicamente con gimnasia rítmica y, desde 2007, también con gimnasia estética de grupo.
Abordamos desde la iniciación y el acercamiento al deporte saludable y lúdico hasta el más alto nivel de rendimiento. Tenemos equipos en la máxima competición a nivel absoluto nacional en gimnasia rítmica y ahora también internacional en estética de grupo. Entre ambos extremos, también trabajamos en el ámbito escolar y de promoción del deporte base. Cubrimos todas las etapas, y así empezó.
Éramos antiguas gimnastas que vinimos a Oleiros a estudiar INEF, especializándonos en actividad física y deporte. Pasamos de ser gimnastas a entrenadoras y a fundar nuestro propio club, siendo Rebeca —entrenadora y coordinadora actualmente— quien dio el primer paso.
Somos un total de nueve entrenadoras en todos los niveles y grupos mencionados, y ninguna es originalmente de Oleiros. Sin embargo, ahora ya somos oleirenses, porque llevamos tanto tiempo aquí que ya pertenecemos al municipio.
¿Qué tipo de gimnasia trabajáis en el club?
Trabajamos gimnasia rítmica y gimnasia estética de grupo. La gimnasia rítmica es una disciplina deportiva en la que se presenta una coreografía que combina técnica corporal basada en el ballet y la gimnasia general con el uso de aparatos: pelota, aro, mazas, cuerda y cinta. Hay cinco aparatos diferentes y se puede practicar de forma individual o en grupo.
La gimnasia estética de grupo, en cambio, solo se practica en conjunto, sin aparatos y en grupos numerosos. La base coreográfica es lo más valorado, más próxima a la danza, una combinación entre danza y gimnasia. Ambas son disciplinas artísticas, pero en la estética de grupo se hace más hincapié en la parte coreográfica y artística.

¿Con cuántas gimnastas contáis actualmente? ¿Qué edades abarcan y cómo organizáis el trabajo en las distintas categorías?
Contamos con 200 chicas y un chico. La práctica es mixta, tanto para niños como para niñas, aunque de momento solo tenemos un niño en el club. Comienzan desde los 3 o 4 años y llegan hasta los 20 o 21, ese es el rango de edad. Se organizan por edades y niveles, y luego hay categorías por años en competición. En las escuelas están divididas por experiencia, madurez, año de nacimiento… Tenemos distintos grupos tanto en la escuela como en competición. Según el grupo en el que estén, entrenan más o menos horas.
¿Qué valores intentáis transmitir a las deportistas más allá del trabajo físico o competitivo? ¿Cómo influye la gimnasia en el desarrollo personal de las chicas?
Para nosotras hay una parte propia de la práctica gimnástica que implica mucha destreza física, habilidad motriz fina y global, coordinación y flexibilidad. Pero también hay una parte muy potente que es la comunicativa: expresarse a través del lenguaje no verbal, corporal, es clave para aprender a relacionarse con los demás, tanto a nivel grupal como individual.
Transmitimos valores como el compañerismo, el trabajo en grupo, la organización, la interacción entre entrenadoras y gimnastas, la colaboración, y el valor del esfuerzo. A medida que sube el nivel competitivo, entrenan más desde edades tempranas, y eso les enseña disciplina y el compromiso con un objetivo. Si te implicas, recoges resultados.
Nos importa mucho también la parte lúdica, que sea un deporte que motive, que enseñe sobre una misma, que no sea solo por ganar, sino por conocerse mejor. Pasan por muchas fases y estados emocionales. Queremos que, especialmente en la escuela, la práctica sea divertida, motivadora y atractiva para que vengan con ganas y se queden.
¿Qué papel tiene la comunidad local? ¿Os sentís arropadas por el entorno de Oleiros?
Estamos muy bien acogidas en Oleiros. Desde el plano institucional, nos ceden instalaciones y nos apoyan económicamente con subvenciones anuales para comprar material, con horarios flexibles, incluso fines de semana o festivos. En cuanto a la comunidad, casi el 90 % de las gimnastas son de Oleiros o alrededores como Culleredo, Cambre, Bergondo o A Coruña. Sentimos ese respaldo. Nosotras ya nos sentimos de aquí. Y de unas familias a otras fue creciendo todo: al principio éramos un grupo pequeño, y luego vinieron primas, amigas, los colegios… Además, llevamos las clases extraescolares en varios centros de la zona, lo que ayuda a que haya muchas socias interesadas porque ya nos conocen desde el cole.

¡Enhorabuena por la plata conseguida en Grecia! ¿Cómo describís la emoción de competir en una Copa del Mundo y colgaros una medalla internacional?
Acceder a una competición internacional es toda una experiencia, no solo deportiva sino también vital, tanto para la gimnasta como para el club. Notamos mucho interés en los medios, en la prensa, en el propio ayuntamiento, porque los logros deportivos dan visibilidad. Pero nosotras valoramos sobre todo la experiencia personal y vital de las deportistas: el hecho de viajar, convivir con otras deportistas, conocer otra cultura como la griega, otro idioma… enriquece mucho la experiencia.
Salir fuera potencia todo eso. Vuelven muy motivadas. Es cierto que es cansado, hay que repetir coreografías, compaginar con segundo de Bachillerato o la universidad, pero eso las impulsa a afrontar cada entrenamiento con más ganas. Y conseguir una recompensa como esa plata en el ranking de países mediterráneos, suma aún más satisfacción por el trabajo hecho.
Se viven muchas emociones en un campeonato: hay historias y momentos que dejan huella y son importantes para la formación integral de las gimnastas. También se traslada a las familias, que viajan o nos ven por pantalla... es muy emocionante. Las niñas encuentran referentes en las que viajan, como las del equipo de rítmica que acaban de quedar sextas en un campeonato nacional.
¿Qué objetivos o sueños tenéis para el futuro?
Queremos mantener este nivel con los siguientes grupos, poder acceder de nuevo a competiciones internacionales. Como sueños, queremos seguir mejorando nuestro trabajo y planificación, atraer a más chicos para fomentar una práctica más inclusiva, y también abrirnos a personas con necesidades especiales.
Queremos promover ese enfoque más lúdico, saludable e inclusivo, no solo en iniciación —donde ya estamos consolidadas—, sino también en los ámbitos de inclusión e igualdad, que es el próximo reto que queremos afrontar.