Culleredo denuncia año y medio de silencio de la Xunta sobre el estado de los colegios públicos

El Ayuntamiento de Culleredo ha hecho pública su indignación por el “prolongado silencio institucional” de la Xunta de Galicia. Según denuncia el gobierno local, llevan año y medio esperando una reunión con la Consellería de Educación para tratar las necesarias actuaciones de mejora en los centros educativos públicos del municipio, sin obtener ninguna respuesta a pesar de las reiteradas peticiones.
El alcalde, José Ramón Rioboo, ha destacado la antigüedad de las instalaciones escolares: “El CEIP Tarrío alcanza ya los 51 años de antigüedad, mientras que los centros de Vilaboa y O Burgo superan los 40 y 50 años, respectivamente”. Y añade: “Son infraestructuras educativas que necesitan una actualización urgente, por seguridad, funcionalidad y dignidad educativa”.
Desde el ejecutivo local acusan a la Xunta de “ni responder, ni actuar, ni siquiera escuchar las reivindicaciones lógicas de Culleredo”. Consideran que el bloqueo responde a una estrategia partidista del Partido Popular local, al que acusan de anteponer los intereses políticos a los del alumnado y las familias. “Juegan a un juego político irresponsable y dañino”, lamentan, y denuncian que se busca “bloquear cualquier inversión autonómica y después culpar al Ayuntamiento de una situación que no le compete”.
Rioboo adelanta que, pese a la falta de respuesta, el Ayuntamiento continuará reclamando actuaciones por parte de la Consellería: “No vamos a cesar en las demandas porque son urgentes y lógicas, la educación pública requiere unas instalaciones adecuadas”, insiste, y añade que “es una prioridad que debería ser independiente del color político de quien gobierne”.
El regidor recuerda que Culleredo es, después de las siete grandes ciudades, el ayuntamiento gallego con más alumnado en las etapas de infantil y primaria, con 3.000 escolares. “Desde el Ayuntamiento seguimos con la mano tendida para trabajar por lo mejor para la educación en Culleredo”, asegura.
A pesar de la falta de respuesta de la administración autonómica, el Ayuntamiento realiza periódicamente trabajos de mantenimiento en los centros: reposición de luces, reparación de grifos u otras mejoras menores. Sin embargo, recalcan que “son insuficientes” para colegios con tantas décadas a sus espaldas.
Los problemas más graves afectan a la instalación eléctrica, con sistemas obsoletos y descatalogados, o a aspectos estructurales como humedades, que reaparecen incluso después de trabajos de pintura, o fachadas con deterioro visible. También la eficiencia energética requiere actuaciones: “los centros cuentan con emisores térmicos ineficientes y con ventanas que no aíslan como deberían”.
Desde el Ayuntamiento reiteran que la situación es insostenible e instan a la Xunta a reaccionar. La comunidad educativa, dicen, “no puede seguir esperando más”.